Las mujeres rurales "representan más de un tercio de la población mundial [...] Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras [...] Tienen gran potencial para abordar los problemas climáticos y para responder a los desastres naturales [...]" y para dar respuestas a las necesidades de la comunidad, según la ONU. Y, sin embargo, son prácticamente invisibles salvo cada 15 de octubre ¿Por qué? Una vez más, la estructura patriarcal y capitalista contribuye a explicarlo.
Las trabajadoras de la pesca constituyen un ejemplo de cómo los grupos subordinados pueden subvertir las relaciones de poder que las oprimen. No sin dificultades y con todavía muchos obstáculos (derivados del sistema sexo-género pero también de las lógicas neoliberales) , mariscadoras a pie y rederas han experimentado procesos de empoderamiento. En esta entrada describimos estas vivencias encuadradas en un marco de justicia social construida sobre el pilar que supone la noción de comunidad.
El papel de las trabajadoras de la pesca y su lucha por el reconocimiento de sus oficios fueran algunas de las cuestiones que se trataron ayer en la entrevista a la que me invitaron a participar en Radio Euskadi. Un repaso por el rol jugado por las mujeres en las comunidades pesqueras, pocas veces visibilizado, pero que ha sido y es fundamental para el sostenimiento de los entornos marítimos.