Cuando pensamos en violencia machista solemos imaginarnos la más extrema brutalidad porque cuestionarnos nuestro día a día es más costoso. Porque las agresiones machistas son cosa de otros hombres y sus efectos, problemas de otras mujeres. Así que para poder combatirla es preciso identificarla en la cotidianeidad porque el entramado de la desigualdad es complejo. Y no con el objetivo de flagelarse, sino de desactivar privilegios para generar entornos más habitables. Para todas y todos.
Tuvo que morir Linda Nochlin para recordar a la sociedad (o a esa parte que estuvo atenta) que la ausencia de las mujeres en la historia de todas las áreas no es una coincidencia. Es una expresión de la estructura patriarcal, origen de todas las violencias contra las mujeres, también de nuestra expulsión de los relatos. A este respecto, en las jornadas LegislAcción, organizadas por Mugarik Gabe, se debatieron propuestas feministas legislativas para erradicar esta lacra de manera integral.