MALESTAR 3:

IMPOSTORAS

RESISTENCIA 3:

PODERÍOS


En contextos democráticos no existe ninguna prohibición explícita para que las mujeres y disidencias no puedan tomar la palabra y ocupar el espacio público. Sin embargo, ¿Cuántas nombres de calles de señoras hay en tu ciudad? ¿Cuántas alcaldesas hay en los municipios de tu alrededor?  ¿Y catedráticas en la universidad? Seguramente, la respuesta sea POCAS.

 

Y seguimos, ¿cuántas veces se han olvidado de citar a, al menos, una mujer en una charla o en una bibliografía? ¿En cuántas ocasiones has visto cómo alguien que no tiene ni idea le explicaba a una mujer lo que acababa de decir o corregido en un tema que domina? Seguramente, la respuesta es DEMASIADAS.

 

Las mujeres y disidencias han (hemos) interiorizado que no tenemos mucho que aportar, que nuestras experiencias no son interesantes o que no tenemos la capacidad de contarlas. Y esto golpea con especial fuerza a las mujeres que han sido fuertemente silenciadas, como las más precarizadas, las diskas, las racializadas o las LBATIQ+ que van a vivir con más fuerza dolores como el síndrome de la impostora y sentir que no encajan en el modelo de comunicación hegemónico.

 

 

Las mujeres son el 50% de la población (incluso más) y, aunque históricamente han sido apartadas de lo público, siempre han estado ahí. Por eso es muy importante conocer, reconocer y visibilizar sus aportaciones pasadas y presentes en los diferentes campos y disciplinas. Busca referencialidades en los márgenes (que ya sabes, como as meigas, habelas, hailas) y tráelas al centro.

 

Eso pasa por reconocer diferentes tipos de saberes y comprender que no solo lo académico o técnico tiene valor. El conocimiento procede de distintas fuentes y se puede expresar con vocabulario sencillo y popular.

 

Además, no olvides que el género no es el único eje que mueve las relaciones de poder. Acércate al conocimiento generado desde colectivos y personas con discapacidad, de la comunidad LGBATIQ+, precarizadas, de los sures, racializadas, rurales... Te permitirá conocer otras visiones y comprender tus propios privilegios (para poder trabajar sobre ellos).

 

Y, por supuesto, trabaja tus espacios. Aplica estrategias para repartir la palabra y evitar protagonismos, para practicar la escucha activa y, sobre todo, confrontar de forma colectiva las violencias.


Para reflexionar sobre la voz como gesto revolucionario te recomendamos  Respondona de la escritora y activista bell hooks:

Las bertsolaris son un ejemplo del poderío que se encuentra al tomar la palabra, descubre Reverso de Uxue Alberdi:


Para este tercer par malestar/resistencia hemos pensado en Machirulo escóndete, frutro de la colaboración entre Tongo, La Furia, La Otra. La Mare y Vera de Mafalda que nos regala versos como estos: ♫ "Somos el eco que rompe toda verticalidad, siguen soplando los vientos de osadía y libertad. No voy a guardar silencio, no he nacido pa' callar. Ocupemos los espacios que nos quisieron negar" ♪

Recuerda que encontrarás el malestar impostora y la resistencia poderíos mucho más detallada y con un montón de referencias en la guía Transformando los malestares en acción política. Estrategias feministas para una participación igualitaria.


Las ilustraciones  vienen de la mano de @Rosi.Agua