Ya sabéis cómo está el patio últimamente, así que estos días hemos tenido que paralizar el trabajo que vamos haciendo, poco a poco, desde Aradia en el proyecto Gure Txutxu-mutxuak. Por eso, vamos a probar algo nuevo. Hemos decidido abrir el blog de "Gure Txutxu Mutxuak. Historias que hacen Zumarraga" a la creatividad comunitaria en este periodo de cuarentena derivada de la crisis del coronavirus. Por ello, animamos al tejido comercial y social, al personal docente, al personal técnico de centros comunitarios y a la ciudadanía en general a compartir actividades y experiencias que contribuyan a amenizar estos días y a acompañarnos en la distancia.
Como todas y todos hemos podido ver en nuestras calles o por las redes sociales, son muchas las iniciativas que están contribuyendo a reforzar la convivencia y los cuidados en comunidad, a pesar de las dificultades. Compartir cafés o juegos por ventanas y balcones, ofrecer lecturas y bailes virtuales, establecer redes vecinales para compras o el acompañamiento de personas solas son algunos ejemplos.
Teniendo en cuenta que Gure Txutxu Mutxuak. Historias que hacen Zumarraga surge con el objetivo de reforzar los lazos comunitarios en el municipio, se ha pensado que puede ser una buena plataforma para compartir todas estas experiencias. ¿Qué podemos compartir? Fotografías, juegos, pequeños vídeos, relatos, recetas de cocinas para preparar estos días, lecturas o cualquier idea que se os pueda ocurrir para hacer más llevadera esta cuarentena.
De esta manera, se pone a disposición de todos los agentes ciudadanos, profesionales, sociales y técnicos que deseen participar en esta iniciativa la dirección de correo electrónico guretxutxumutxuak@gmail.com, así como las otras vías de contacto (telefónico o por redes sociales) que se encuentran en la página del blog https://guretxutxumutxuak.blogspot.com/. Se anima a todo el mundo a participar en este ejercicio de creatividad colectiva, que hemos llamado "Gure Txutxu Mutxuak. Historias que hacen Zumarraga desde el encierro", que puede contribuir a cuidarnos comunitariamente, a pesar de las distancias físicas a las que nos obligan los virus.